
Familia, ¿te has preguntado alguna vez cómo hay personas o empresas que logran crecer tan rápido, aun sin tener tanto dinero propio? 💸
La respuesta muchas veces está en el apalancamiento financiero: una herramienta poderosa que puede acelerar tu crecimiento… o dejarte en números rojos si no la usas bien.
Vamos a ver de qué se trata, cómo funciona y por qué entenderlo puede marcar la diferencia entre avanzar con estrategia o endeudarte sin control.
¿Qué es el apalancamiento financiero?
Es usar deuda (u otras fuentes de financiación) para invertir esperando obtener una rentabilidad mayor que el costo del dinero prestado.
Es común en personas y empresas para crecer más rápido. Esta técnica lo emplean personas y empresas para crecer más rápido o ampliar operaciones (maquinaria, inventario, marketing medible)
Si bien es cierto que apalancamiento financiero ofrece alternativas para realizar inversiones, hay que tener en cuenta que, como toda inversión o solicitud de crédito, esta operación financiera conlleva unos riesgos que a los que hay que atenerse.
Ventajas e inconvenientes del apalancamiento financiero
Para comprender mejor el funcionamiento del apalancamiento financiero, así como sus ventajas e inconvenientes realizaremos dos ejemplos de operaciones financieras. En una de ellas sin apalancamiento financiero, mientras que en otra sí se realizará esta técnica.
Escenario 1 – Sin apalancamiento:
Tienes $100,000 y decides invertirlos en acciones.
Después de un año, esas acciones suben y ahora valen $150,000.
Tu ganancia es de $50,000, lo que significa una rentabilidad del 50%. Nada mal.
Escenario 2 – Con apalancamiento:
En este caso, solo pones $20,000 de tu dinero y pides prestados $80,000 al banco con un interés del 10% anual (pagas $8,000 de intereses).
Después de un año, las acciones también suben y valen $150,000.
Entonces vendes, pagas los $80,000 del préstamo más los $8,000 de intereses, y te quedas con $62,000.
Si restas tus $20,000 iniciales, tu ganancia real es de $42,000.
Es decir, con la misma operación lograste más del 200% de rentabilidad sobre tu propio dinero.
👉 Esa es la ventaja del apalancamiento: puedes ganar mucho más con menos capital.
Pero ojo…
Si el valor de las acciones baja a $90,000, el panorama cambia por completo:
- Si invertiste solo tu dinero, pierdes $10,000, o sea un 10%.
- Pero si usaste apalancamiento, igual debes devolver $80,000 más $8,000 de intereses.
- Después de pagar, te quedan $2,000, lo que significa que perdiste $18,000, o el 90% de tu inversión inicial.
Así pues, se puede decir que el apalancamiento financiero ofrece como ventaja la posibilidad de realizar inversiones que únicamente con nuestro capital no podríamos llevar a cabo. Pero, de igual modo, ofrece riesgos ya que las pérdidas también son mayores.
¿Cómo se calcula?
Una forma práctica es expresarlo como multiplicador de capital:
Apalancamiento = 1 : (Valor de la inversión / Recursos propios).
Ejemplo: inviertes $100,000 y pones $20,000 de tu bolsillo → $100,000/$20,000 = 5 → apalancamiento 1:5 (por cada unidad de capital propio, operas cinco unidades totales). Esta lógica es consistente con el equity multiplier clásico (Activos / Patrimonio), la familia de ratios que miden qué parte del activo se financia con deuda.
Regla de oro para decidir
Apaláncate solo si el rendimiento esperado > costo efectivo de la deuda (tasa + comisiones + impuestos) y tu flujo resiste un escenario pesimista (−20% ingresos, +2 pts en tasa) sin romper caja.
Recomendación: si el proyecto no pasa ese “crash test” en papel, no pasa en la vida real.
Errores comunes del apalancamiento financiero
- Confundir ROE alto con negocio sano: verifica márgenes, ROA y flujo; que la palanca potencie, no maquille.
- Tasa variable sin red: un cambio de ciclo te revienta la cuota; considera fija o coberturas. (Sensibilidad de resultados a la estructura de capital).
- Deuda para consumo: no genera retorno y sube tu DSR. Vigílalo con la metodología de la Fed.
Familia, el apalancamiento financiero no es ni bueno ni malo; es una herramienta.
Usado inteligentemente, te permite multiplicar oportunidades, crecer más rápido y hacer que tu dinero trabaje a otro nivel. Pero si lo usas sin entenderlo, puede volverse en tu contra y hacerte perder casi todo en un mal movimiento.
La clave está en los números, no en la emoción. Antes de pedir un préstamo o invertir con deuda, analiza tu capacidad real de pago, proyecta distintos escenarios y pregúntate:
👉 “¿Sigo ganando si las cosas no salen como espero?”
Si la respuesta es sí, vas por buen camino.
Si es no, detente y replantea.
Porque en finanzas, más vale avanzar lento y firme… que rápido y sin control.